Qué maravilla. Poder recuperar la audición.

Qué maravilla. Poder recuperar la audición.

En estas fechas, terminando el primer cuarto del siglo XXI, consideramos totalmente normal poder mejorar nuestra audición gracias a los audífonos.
Afortunadamente las prótesis auditivas actuales poseen avances tecnológicos tan importantes que consiguen solucionar los problemas auditivos de la gran mayoría de los pacientes.
Pero para llegar a este momento han pasado muchos años de ideas más o menos geniales, de investigaciones continuas y de vidas dedicadas al desarrollo de las distintas tecnologías que lograran llegar a la actualidad de las prótesis.
Hagamos un breve repaso de la historia de los distintos dispositivos desde el comienzo, hace ya más de 3 siglos.

  • Los primeros artilugios, documentados, que se utilizaban para mejorar la audición, aparecieron a finales del siglo XVII y todo el XVIII.

Eran dispositivos puramente mecánicos que recogían el sonido en una bocina amplia y lo concentraban hacia un extremo estrecho que se introducía en el oído. No amplificaban, sino que canalizaban y enfocaban la energía sonora. Se hacían de metal, cuerno, madera, etc., y eran de formas variadas: trompetas y tubos acústicos, abanicos acústicos, bastones con cámara resonante, dispositivos camuflados en muebles, etc.

  • En el siglo XIX, incluso principios del XX: con la revolución industrial surgen diseños más compactos y portátiles, como las trompetas plegables, los “Auridones” ocultos en tocados, barbas postizas, collares, etc., incluso aparatos integrados en gafas, que fueron muy populares entre 1870-1900. Pero seguían siendo completamente pasivos, sin fuente de energía externa.
  • Pero a finales del XIX, en 1898 aparece el primer audífono eléctrico, con la empresa Acousticon, que utilizaba un dispositivo formado por un micrófono de carbón, un auricular y una batería.

Por fin, un micrófono de carbón modulaba una corriente eléctrica según la presión sonora, produciendo, por primera vez, una verdadera amplificación. Seguían siendo aparatos de un tamaño relativamente grande, que producían distorsión, ruido, etc.

  • Sobre los años 1920-1930 aparecen los audífonos de válvulas, que aportaban más amplificación y claridad. Pero seguían siendo voluminosos y necesitaban baterías muy grandes.
  • En los años 50 aparecen los audífonos con transistores. El primer salto crucial, ya que se consigue un audífono mucho más pequeño que los de válvulas, con menor consumo y más duradero.

Aparecen los primeros audífonos realmente portátiles y discretos, integrados detrás de la oreja o incluso en el bolsillo, con un cable al auricular. A finales de los 50 ya habían desplazado completamente a los modelos de válvulas.

  • En los años 80 aparecen los primeros audífonos digitales que ofrecen grandes ventajas:

        • Procesamiento de señal avanzado.
        • Reducción de ruido.
        • Compresión multibanda.
        • Programación adaptable.
        • Evolución hacia los audífonos modernos con conectividad inalámbrica.

  • Y en la actualidad disponemos de los audífonos con inteligencia artificial (IA), conectividad plena, con streaming directo, micrófonos omni- y unidireccionales, diferentes programas que se adaptan a distintas situaciones de escucha, baterías recargables, etc.

En resumen un momento de avances espectaculares en el tratamiento de la pérdida de audición.