Otro tratamiento para los acúfenos.

Otro tratamiento para los acúfenos.
Hablamos de acúfenos en muchos de nuestros artículos. Es un problema que afecta a muchas personas. Casi 30 millones de estadounidenses, el 10% de la población, padece acúfenos. En España se calcula que más de cuatro millones de personas los padecen.
Estas cifras se disparan en las personas de más edad, alcanzando incluso a un tercio de la población en los mayores de 65 años.
En siete de cada 10 personas los acúfenos se asocian a pérdida de audición, y hasta uno de cada 5 lo percibe como un problema que afecta negativamente a su vida de relación, a su trabajo y a su sueño.
Las causas pueden ser muchas. Parece que el exceso de ruido es el responsable más frecuente. Pero en muchas ocasiones no encontramos una causa concreta que los origine.
Se utilizan muchos tratamientos, pero ninguno es claramente efectivo. Las terapias de habituación y enmascaramiento, como la TRT son las que han demostrado una mayor efectividad, con hasta un 85% de pacientes con mejoría de su acúfeno.
Continuamente aparecen nuevos estudios que valoran nuevas terapias más o menos prometedoras.
Hoy hablamos de un posible nuevo tratamiento, el entrenamiento con neurofeedback, que parece haber dado buenos resultados en un estudio realizado por Matthew S. Sherwood, de la Universidad del Estado de Wright, Ohio, Estados Unidos, hace ya tres años. 
Utilizando Resonancia Magnética Funcional se pueden valorar los niveles de oxígeno y la actividad en la corteza cerebral.
Se trata de producir estímulos que desvíen la atención del acúfeno y comprobar como la corteza cerebral primaria auditiva disminuye su actividad y disminuye o cesa la percepción del acúfeno.
En un artículo anterior hablábamos de un tratamiento con neuromodulación, basado en estos estudios, que parecía obtener buenos resultados. Es necesario continuar con estas investigaciones y sistematizar los estímulos necesarios, para protocolizarlos y continuar con investigaciones en un mayor número de pacientes. 
Cuando consigamos saber cuales son los mejores estímulos que consiguen disminuir la actividad de estas áreas cerebrales, y mejoran la percepción negativa del acúfeno, podremos hacer estudios más amplios y efectivos.
Todavía falta tiempo antes de poder utilizarlo en la clínica diaria, aunque los resultados parecen prometedores.