Medicamentos y pérdida auditiva.
Publicación editada 20/11/2015Desde hace muchos años se conoce la relación entre la utilización de algunos medicamentos y la aparición de pérdida auditiva, o acúfenos o vértigo, como efecto secundario de dichos fármacos.
Los más clásicos probablemente sean la quinina, utilizada desde hace muchos años con distintos fines, desde el tratamiento de la malaria, hasta como reconstituyente; o los antibióticos aminoglucósidos, como la estreptomicina, ampliamente utilizada tras su descubrimiento en el tratamiento de la tuberculosis.
Después de que se asociara el uso de estos fármacos con la pérdida de audición, su uso se restringió a las situaciones y enfermedades de verdadera necesidad; pero a lo largo de los años, se han ido describiendo nuevos fármacos tóxicos para el oído que se siguen utilizando ampliamente, y que no tienen fácil sustitución en el tratamiento de las enfermedades para las que son útiles.
Como cada día se conocen nuevos fármacos ototóxicos, es importante conocer si los fármacos que usamos habitualmente pueden afectar a nuestro oído, sobre todo si ya tenemos problemas de audición.
Un proyecto científico desarrollado por el Grupo de Estudio de los Ototóxicos de la Universidad Complutense de Madrid ha realizado una gran base de datos de medicamentos ototóxicos, accesible en esta página de Internet: http://www.ototoxicos.com/
En ella se pueden realizar búsquedas de medicamentos, para saber si son ototóxicos, y encontrar información sobre ellos.
Los más clásicos probablemente sean la quinina, utilizada desde hace muchos años con distintos fines, desde el tratamiento de la malaria, hasta como reconstituyente; o los antibióticos aminoglucósidos, como la estreptomicina, ampliamente utilizada tras su descubrimiento en el tratamiento de la tuberculosis.
Después de que se asociara el uso de estos fármacos con la pérdida de audición, su uso se restringió a las situaciones y enfermedades de verdadera necesidad; pero a lo largo de los años, se han ido describiendo nuevos fármacos tóxicos para el oído que se siguen utilizando ampliamente, y que no tienen fácil sustitución en el tratamiento de las enfermedades para las que son útiles.
Como cada día se conocen nuevos fármacos ototóxicos, es importante conocer si los fármacos que usamos habitualmente pueden afectar a nuestro oído, sobre todo si ya tenemos problemas de audición.
Un proyecto científico desarrollado por el Grupo de Estudio de los Ototóxicos de la Universidad Complutense de Madrid ha realizado una gran base de datos de medicamentos ototóxicos, accesible en esta página de Internet: http://www.ototoxicos.com/
En ella se pueden realizar búsquedas de medicamentos, para saber si son ototóxicos, y encontrar información sobre ellos.
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