El implante coclear. Una gran ayuda, pero…
Publicación editada 25/07/2016Tengo que reconocer que soy un verdadero entusiasta del implante coclear. Creo que ha sido uno de los más importantes avances médicos de los últimos años. Por supuesto en el que han tenido un gran papel ingenieros, y todos los especialistas en audición, otorrinos, audioprotesistas, audiólogos, logopedas, etc.
Desde que disponemos de esta tecnología hemos podido rescatar de la hipoacusia profunda a miles de personas en todo el mundo.
Sinceramente, no hay en este pequeño artículo sitio suficiente para enumerar todas las maravillas y ventajas que su uso han proporcionado a los pacientes, ni las enormes satisfacciones que nos han producido y siguen produciendo a los profesionales que nos dedicamos al tratamiento de la pérdida auditiva.
Pero, a pesar de ello, no debemos olvidar que se trata de un dispositivo electrónico, con sus posibles fallos o averías. Y, sobre todo, que es un dispositivo que debemos implantar, mediante una cirugía, en el interior del oído, en su parte más profunda. En Medicina, siempre, aún en el procedimiento más seguro, pueden surgir complicaciones, incidencias, situaciones que nos obliguen a retirar el dispositivo, a sustituirlo, a realizar alguna otra cirugía, etc. que complique la vida del implantado produciéndole molestias o situaciones desagradables.
Sin olvidar esa eventualidad, debemos tener presente que son situaciones esporádicas, que afectan a un porcentaje mínimo de pacientes, y que no deben empañar el éxito que se produce en la inmensa mayoría de las ocasiones.
Personalmente, seguiré siendo un gran entusiasta del implante coclear.
Desde que disponemos de esta tecnología hemos podido rescatar de la hipoacusia profunda a miles de personas en todo el mundo.
Sinceramente, no hay en este pequeño artículo sitio suficiente para enumerar todas las maravillas y ventajas que su uso han proporcionado a los pacientes, ni las enormes satisfacciones que nos han producido y siguen produciendo a los profesionales que nos dedicamos al tratamiento de la pérdida auditiva.
Pero, a pesar de ello, no debemos olvidar que se trata de un dispositivo electrónico, con sus posibles fallos o averías. Y, sobre todo, que es un dispositivo que debemos implantar, mediante una cirugía, en el interior del oído, en su parte más profunda. En Medicina, siempre, aún en el procedimiento más seguro, pueden surgir complicaciones, incidencias, situaciones que nos obliguen a retirar el dispositivo, a sustituirlo, a realizar alguna otra cirugía, etc. que complique la vida del implantado produciéndole molestias o situaciones desagradables.
Sin olvidar esa eventualidad, debemos tener presente que son situaciones esporádicas, que afectan a un porcentaje mínimo de pacientes, y que no deben empañar el éxito que se produce en la inmensa mayoría de las ocasiones.
Personalmente, seguiré siendo un gran entusiasta del implante coclear.
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